Hace 6 años | Por Adson a theguardian.com
Publicado hace 6 años por Adson a theguardian.com

La representación de la solidaridad invade las vidas de las minorías, las controla y se toma la libertad de silenciar sus voces. No se puede contar con un respetuoso segundo plano. Las activistas lesbianas se han acostumbrado a que la administración heterosexual les diga que «no hay lugar para ellas» en este movimiento que crearon para ellas.