Mientras España enfrenta crisis sanitarias, éticas y humanitarias, el líder del PP eligió como munición… chistorras. Sí, esas salchichas asturianas que, en su boca, se convierten en metáfora de la corrupción que él mismo encarna. Pedro Sánchez, con una sonrisa contenida y un “Ánimo, Alberto” que resonó como un bofetón institucional, le devolvió la pelota con la elegancia del que no necesita gritar para imponer la verdad.
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Edito: Sin tener la certeza al 100%, sabía que es originaria de Navarra.
¿En qué piensan algunos siquiera pará valorarlo como opción? ... un misterio más como el de los agujeros negros.
Están desesperados ... no les salen las cuentas pese a tener en 90% del aparato mediático a su favor olvidando hace mucho las buenas prácticas periodísticas.
Al final en pueblo español no es tan paiguado como pensamos aveces: hay una sabiduría de fondo lo suficientemente fuerte para tener a estos en la oposición ... y así seguirán una buena temporada más.