Cobraban a cada inmigrante hasta 3.000 euros para facilitarles documentación falsa con la que poder entrar en Reino Unido y Canadá. El precio incluía pasaportes falsos y billetes de avión con sus respectivas tarjetas de embarque. De esta manera, obtuvieron un beneficio de unos 120.000 euros ya que favorecieron más de 40 episodios migratorios con este modus operandi. Según informa la Policía Nacional, se trata de una red criminal dedicada a a facilitar la entrada de migrantes, mayoritariamente yemeníes de manera irregular en esos dos países.
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