A veces uno debe renunciar, aunque esa renuncia te aleje del poder. A veces hay que cortarse un brazo para salvar el resto del cuerpo. A veces hay que decir que no, aunque esa negativa te cueste la vida. Yo siempre iba a votar a Izquierda Unida (IU) con una chapa de la formación como quien presume de grupo de rock. Eran los que no se callaban. Eran los de los decibelios más altos. Eran los que rompían las guitarras en el escenario. Eras de IU porque detestabas la corrupción y el terrorismo de Estado. Elegías esa papeleta y no otra con ...
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