Un recinto gigante, el Ibiza Rocks, complica la vida de los residentes con sus fiestas de día –con capacidad para 2.500 personas–, ruidos, vómitos, orines, latas y cartones de comida rápida, amparados por una ley de Turismo del PP de 2012
|
etiquetas: hotel discoteca , tortura , turismo de mierda