El Ayuntamiento ha negado la existencia de estos asentamientos calificándolos como ocupaciones ilegales en viviendas. Sin embargo, informes policiales y observaciones directas indican que se trata de refugios con tiendas de campaña, lonas y cartones. El perfil de estas personas ha cambiado: el 40% son originarias de Baleares, muchas con empleo. "El precio de la vivienda hace que no tengan suficiente dinero para alquilar una casa. A veces ni para alquilar una habitación. Nos encontramos con personas que tienen trabajo y están sin hogar".
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