Durante años, la rata de bambú fue considerada poco más que una plaga agrícola.Sin embargo su estatus ha cambiado radicalmente. Rica en proteínas (alrededor de 20%), baja en grasas (menos del 5%) su crianza emite menos gases, requiere menos agua y menos superficie de tierra cultivable. En 2020, durante la pandemia, miles de granjas cerraron. Sin embargo ante el renovado interés global en las proteínas alternativas la industria ha comenzado lentamente a resurgir,impulsada por los que ven en esta carne una solución versátil, sostenible y rentable
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