Más de 200 inquilinos pueden quedarse en la calle. El responsable es Fusara, una de las fundaciones de la Iglesia, que vendió en 2019 los pisos de 13 bloques de Madrid a una sociedad opaca llamada Tapiamar. Estos pisos fueron donados por un particular hace décadas para su uso como bien social y destinado a “los pobres de Madrid”, tal como denuncian los propios vecinos. Y esta fundación, dependiente del Arzobispado de Madrid, los vendió por debajo de su precio. Ahora, ambas entidades, investigadas por fraude y corrupción, pretenden dejarlos en l
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Muy bien gestionadas la donaciones sí .