Amigos, estoy más cabreado que una gallina en una bolsa, ¿y saben por qué? ¡Pajitas de papel! Esas excusas blandas, empapadas e inútiles para beber nos las han metido a la fuerza, literalmente, durante años los idiotas amantes de los árboles, devoradores de granola y defensores del planeta que se creen más listos que el resto. No sé a quién le pareció buena idea. Probablemente a algún hipster barbudo de San Francisco bebiendo zumo de col rizada en su desastre biodegradable. Pero es un insulto para todo estadounidense de pura cepa.
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