Las palabras todo y nada, siempre y nunca, inevitablemente generan fuertes emociones extremas que condicionan nuestras decisiones y entorpecen el razonamiento. Hay determinadas palabras que utilizamos con frecuencia y de las cuales no tenemos conciencia del peso que tienen, ni de las consecuencias emocionales que provoca utilizarlas.
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Todo y Nada nunca son ciertos del todo, siempre hay excepciones