En el siglo X, el emperador Basilio II dirigió un ejército de 6.000 nórdicos para conservar el trono. Convencido de su lealtad y ferocidad decidió convertirlos en su guardia pretoriana. Fueron el núcleo que defendió la capital bizantina entre los años 1203 y 1204, asediada por un enorme ejército cruzado. Protegieron la vida de los emperadores en el fragor del combate y en las sibilinas conjuras palaciegas. Usados también como policías y custodios del tesoro, lucharon y vencieron en todas las fronteras del imperio sucesor de Roma...
Comentarios
Y de regalo una cancioncilla sobre el tema:
#1
#4
Poderosos, borrachos y vikingos, uy, uy, uy.... Cuánta testosterona en un titular.
menos rubios con trencitas y mas almogávares, desperta ferro