Cuando un dedo toca el borde afilado de una hoja o se acerca a una taza caliente, el cuerpo reacciona de forma inmediata. Esa capacidad de respuesta, resultado de millones de años de evolución, es una de las habilidades más complejas de replicar en un robot. Sin embargo, un nuevo desarrollo tecnológico podría cambiar las reglas del juego: investigadores británicos han creado una piel robótica capaz de detectar con precisión estímulos como presión, temperatura, daño físico e incluso el tipo de contacto que recibe.
|
etiquetas: piel , robótica