"Durante meses, el Wall Street Journal ha retenido una historia que detalla la corrupción personal de Andrii Yermak, el segundo hombre más poderoso de Ucrania. Yermak ha desviado cientos de millones en dólares de impuestos estadounidenses destinados a la ayuda a Ucrania. Los editores del Journal pueden demostrarlo. Pero no lo hacen. En cambio, están protegiendo a Yermak. ¿Por qué?
Porque Yermak está liderando los esfuerzos de Ucrania para sabotear el plan de paz de Trump para Europa del Este. Los propietarios del Wall Street Journal no quieren la paz con Rusia. Quieren la guerra. Al mismo tiempo, la página editorial del Journal ha atacado a la administración Trump por impulsar un acuerdo de paz.
Esta es la verdadera corrupción. Sin informar a sus lectores, la familia Murdoch está utilizando ambos lados de su periódico para continuar la guerra con Rusia. Eso no es el comportamiento de una organización de noticias. Es la marca de una agencia de inteligencia." x.com/TuckerCarlson/status/1992923706377523531
En este sitio hay poco jovenzuelo, me temo, y casi todos hemos oído hablar de este gol, pero no está de más un poco de contexto, por si alguien lo necesita.
La mano de Dios es el nombre que recibió el primer gol que Diego Maradona anotó con la mano durante el partido entre Argentina e Inglaterra en los cuartos de final del Mundial de 1986, disputado el 22 de junio en el Estadio Azteca de la Ciudad de México. En esa jugada, Maradona saltó junto al portero inglés Peter Shilton y, en lugar de cabecear, empujó la pelota con su mano izquierda hacia el arco. El árbitro tunecino Ali Bin Nasser, quien dirigía el partido, no vio la infracción y dio el gol por válido. Más tarde, Maradona explicó que el gol había sido marcado “un poco con la cabeza y un poco con la mano de Dios”, frase que dio origen al apodo.
Lo copio casi tal cual de Wikipedia, para que veamos todos que el tema se ha incrustado ya en la cultura popular como una ópera, un poema, una película, o un libro importante en la historia de la literatura.
Era el año 86 y los argentinos venían de perder contra Inglaterra la guerra de las Malvinas. Y en el mundial de algo tan querido para los países como el fútbol, Argentina gana el partido por dos goles a uno, pasa así a semifinales, y termina ganando el mundial.
¿Creéis que alguna vez alguien va a conseguir que los argentinos se avergüencen de ese gol? ¿Alguna vez van a presentar sus excusas a Inglaterra por haber hecho trampas? ¿Pensáis que entonces o ahora hay muchos argentinos apesadumbrados por la injusticia que se cometió?
No, ¿verdad?
Pues amigos míos, con Franco pasa lo mismo. No le deis vueltas a por qué los chavales creen que el franquismo fue bueno. O por qué hay un porcentaje tan grande de españoles que, en público, afirman que el franquismo fue una etapa positiva de nuestra historias. Sin contar los que lo piensan en privado pero creen que está feo pregonarlo. No s evan a echar atrás. No se van a avergonzar.
Asumámoslo de una vez: a los franquistas les pasa como a los argentinos. Que ganaron. Que el tema humilla a la otra parte, a la subcampeona, y que les importa un puto huevo de pato cómo ganaron, porque nadie se avergüenza de sus victorias, ni de las de sus abuelos. Y lo gracioso, para ellos, es que la otra parte no deja de sacar el tema, a ver si los vencedores muestran arrepentimiento, o un mínimo de vergüenza torera. Y no, oye. Que por mucho que los ingleses sacaran el tema, los argentinos no iban a dejar de descojonarse. En público y en privado, y transmitiendo esas risas a sus hijos, sus nietos, a la Wikipedia y a la luna santa. No, de verdad, nunca jamás se va a conseguir avergonzar ni a los argentinos de ese gol ni a los franquistas de su triunfo. No fue una guerra de un ocho por ciento de la gente contra el otro noventa y dos. La gente tiene padres y abuelos, y en casa se habla. La gente, quieras que no, ha preguntado quiénes eran los suyos , y es amitad de España, o si queréis poco menos, que estaba en el bando ganador, no van a pedir perdón. Ni en público, ni en su fuero interno. Ni de ninguna manera. Se callarán, como mucho, o mirarán a otro lado, para evitar follones, pero no vn a contar a sus hijos que aquello fue muy malo. Nunca.
Porque así es la victoria, justa o no, miserable o no: que es una victoria. los chavales de veinte años, los de cualquier época, no quieren estar en el bando de los perdedores, porque ese es el bando del que no juega al fútbol, del que ve como otro besa a la chica que te gusta, del que se queda en tierra mientras los colegas tienen moto, playstation o lo que sea. ¿Quien coño quiso, con veinte años, ser perdedor?
A lo mejor va siendo hora y de dejar de hacer el ridículo con el tema. Los ingleses dejaron de hablar de ese gol hace tiempo. Sólo lo mencionan, de cuando en vez, los argentinos, para añadir, entre dientes, un inmortal "que se jodan". ¿No os dice nada?
Yo creo que la lección está bien clara.
menéame