A pesar de la “abundante oferta”, durante el Paleolítico la elección de vivienda era un proceso consciente y muy meditado. No solo por los espacios, las vistas o la decoración que escogían, sino también por su proximidad a importantes recursos. En un mundo sin fronteras, las poblaciones de cazadores y recolectores del Paleolítico elegían con cuidado sus asentamientos.
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