En el año 1998, Leica presentó, para su sistema de cámaras telemétricas «M» un objetivo atípico, que podría considerarse hasta cierto punto «absurdo» dentro de ese propio ecosistema «M», sistema que brilla precisamente por sus ópticas de focal fija: el «Tri-Elmar-M 28-35-50 mm ASPH.», un objetivo que ofrece, monolíticamente, las focales «fijas» de 28 mm, 35 mm y 50 mm. Un objetivo que el propio Erwin Puts (1) definía como ...«un hito en diseño y construcción óptica y mecánica, una hazaña de ingeniería de desafiante complejidad.