El turista hacía oídos sordos a los llamamientos de los dos hombres que fueron a expulsarlo del zodiac. Su sueño no se quebró con los gritos o golpes en la embarcación. Uno de los trabajadores optó por pasar a mayores y arrojarle agua fría encima con un cubo. A la primera no se logró el objetivo, pero cuando le tiraron el segundo cubo de agua se despertó furioso.
Comentarios
Cogerlo, ponerlo en una colchoneta hinchable y dejarlo a la deriva en alta mar
Haberlo dejado ahí coño, el resto lo hará el mar.