Un agente de la patrulla de autopistas del estado de Utah (EE.UU.) observó un vehículo que daba bandazos y parecía estar conducido por una persona bajo la influencia del alcohol. Al hacerle luces y detenerse en el arcén el agente pudo comprobar que no era el alcohol el problema, el asunto resultó ser que el conductor tenía cinco años y no llegaba bien a los pedales ni tenía suficiente fuerza para mantener el vehículo recto. El muchacho se dirigía a California para comprar un Lamborghini.
Comentarios
Como dice uno:
“From what I can see this 5-year old drives better than many adult drivers on the same freeway!”
Ha puesto hasta el freno de mano el puñetero.
La noticia es que el policía no le disparó. Ni siquiera en las rodillas a modo de advertencia.
El hijo de la gran Utah podría haber provocado un accidente grave