El Gobierno cántabro decidió, en 2006, proyectar un aeródromo en el término municipal de Valderredible para luchar contra los incendios forestales. Tras su construcción y gasto de 1,5 millones de euros, se descubrió que en la línea de despegue había un aerogenerador, es decir, un moderno molino de viento procedente de un parque eólico próximo que impide despegar.
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