Un maquinista neozelandés al mando de un tren de la empresa Toll Rail perdió un tercio de los 32 vagones de carga de los que se componía su tren, y no se dio por enterado. Poco después, un tren que lo seguía recibió autorización del control del tráfico para circular por la misma sección. pese a que aparecía como ocupada. Por suerte, lo hizo con precaución: en su camino encontró los 10 vehículos perdidos por su antecesor, sin llegar a chocar contra ellos.
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