Al volver de Brooklyn en 1988, el fotógrafo
Angel Franco recibió una petición por parte de los editores -
no mostrar rostros en las imágenes. Sus fotografías parecen sacadas de una película de terror; la cruda realidad que llegó a ser peligrosa para el autor por las amenazas de los implicados. Para verlas de
una sola vez:
bigpicture.ru/?p=98475