Un concejal de Valencia tiene derecho a que se le patrocinen con dinero público todas las comidas que él y sus invitados hagan entre el almuerzo del lunes y la cena del domingo. Porque los fines de semana también están cubiertos. A la hora de satisfacer a los paladares sibaritas no existe tope, pero han tenido que dar un toque desde Protocolo a algún que otro edil que ha disparado las alarmas de la caja.En la pasada legislatura, hubo quien rompió la barrera de los 3.000 euros mensuales en comidas.
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