"Un martini seco, agitado, no revuelto", en inglés (Shaken, not stirred), o "mezclado, no agitado", en su traducción al español. James Bond cambiará su cóctel favorito después de medio siglo de tradición por "un tercio" o "una caña de Heineken". La compañía cervecera pagará 45 millones de dólares, unos 34 millones de euros, para cambiar una tradición que se remonta a la novela de Ian Fleming 'Diamantes para la eternidad' (1956).
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