La picaresca también pasa por rellenar con agua o té las botellitas del minibar, cambiar ajados edredones traídos de casa por otros nuevos (solo hay que cambiar la funda, y que conste que yo no lo hago), y hay quien, pertrechado con un destornillador, se ha llevado los picaportes, los toalleros, el secador de pelo, el portarrollos del papel higiénico, lámparas y bombillas, el equipo de música y el televisor.
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