Todo triunfo de la calidad y de la elección de los consumidores es una victoria para la libertad. Y el caso de esta pequeña panadería lo es. Quienes están en contra de McDonald’s lo hacen con el mismo espíritu de los luditas que se opusieron a la mecanización del agro y el textil. Esos que antaño se oponían a la democratización de la proteína y al abaratamiento del tejido: qué mejor fuerza de trabajo que la de un buey que lleve el arado y que además calienta la casa, debían pensar. RL:
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