En este contexto de crisis, la burguesía está impulsando un cambio cultural en todos los ámbitos para acostumbrar a las nuevas generaciones al control constante, para que normalicen estar rodeadas de cámaras y micrófonos, y quieren que la escuela también sea parte de ese cambio. Poco les importan a los del Departamento de Educación los quebraderos de cabeza y los debates que permanentemente tenemos las trabajadoras, las familias y las alumnas sobre el uso de las herramientas digitales para garantizar el bienestar del alumnado.