El sábado por la tarde, un hombre armado irrumpió en un aula de la universidad de Brown con un arma automática y disparó a los estudiantes de forma indiscriminada. Dos estudiantes murieron en el acto; nueve fueron heridos de gravedad. La reacción del presidente de los Estados Unidos fue peculiar. Primero, anunció desde su cuenta oficial que las autoridades habían detenido a un sospechoso, algo que resultó no ser cierto. Poco después, en un evento, se pronunció sobre los hechos de esta manera: