La energía solar no solo es una de las fuentes renovables más limpias, sino que también puede tener efectos positivos sobre el entorno natural. Un estudio publicado en Nature a finales de 2024 revela que los parques fotovoltaicos a gran escala podrían beneficiar a los ecosistemas locales, especialmente en regiones áridas. En este caso, se estudiaron 57 variables ecológicas divididas en tres áreas: dentro del parque solar, en su entorno inmediato y en una zona externa de control sin alteración humana.