Publicado hace 10 meses por armadilloamarillo a lavanguardia.com

Es uno de los momentos más esperados del fin de semana: acabas de comer, te tumbas en el sofá y echas mano del mando de la tele. Sabes que ahí encontrarás eso que andabas buscando: una película para poder echarte una buena siesta; de esas que si te despiertas no es nada complicado reengancharse. Son las películas de tarde, con niñeras que no son muy de fiar, maridos que tienen más caras que un cubo de Rubik, vecinos con los que no te gustaría encontrarte y, cómo no, monstruos de lo más variopinto dispuestos a sembrar el terror allí donde vayan.

Comentarios

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Mi pareja se las mira todas. El guión es soprendentemente el mismo siempre.

Varía el decorado, con frecuencia consistente en caballos, yates, aviones. Lo que se tercie pero que sea de lujo.

Mucha conversación insulsa, ya que lo que se diga es lo de menos.

Asi pues está esa chica sin pareja que regresa a su pueblo después de años, o se va de vacaciones a Venecia o encuentra trabajo en un entorno chulo (que suele significar rural) u otra excusa al gusto. De camino al sitio ese, sufre un accidente/avería/otra-excusa y se topa con el tio bueno.

Luego coincidirá con el tio bueno, que siempre es muy educado y formalito. Un bien partido de forma evidente. Está soltero porque sí.

Pero es que también está la mujer mala. Es muy mala. Se la reconoce por la música de mala.

Al final la mala es vencida y el tio bueno cumple.

efectogamonal

Sin lugar a dudas lo mejor después de comer, es una buena siesta viendo los documentales de la 2 🔥

Kanelli

#1 Sin lugar a dudas, lo mejor después de comer es una buena raya de cocaína cruda, de esa que te caen lagrimones como peras.

Malinke

#2 no estoy de acuerdo con la raya de coca, pero si hay que elegir entre la película y la raya, la raya, por supuesto.

cabobronson

#2 Sin lugar a dudas, lo mejor después de comer es echar un polvo sobre la parrilla con las brasas, como dirían los cuñaos, perfectas para hacer chuletas.

Trolencio

Con agosto encima, al plumilla le dieron a elegir entre escribir sobre papiroflexia, filatelia o películas de sobremesa.