Sharon Stone pasó por quirófano en 2001 para que le extirparan una serie de tumores benignos y, para su sorpresa, cuando se despertó después de la operación descubrió que tenía los "pechos más grandes" de lo que ella recordaba. La protagonista de Instinto básico no tardó demasiado en descubrir que ese aparente cambio en su físico no eran imaginaciones suyas y que el cirujano había tomado la decisión de ponerle implantes sin consultarle antes.
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