Los constructores del famoso monumento megalítico de Stonehenge, en Inglaterra, celebraron grandes banquetes. En los coprolitos, dejados por humanos y perros, descubrieron evidencias de huevos de gusanos parásitos, lo que sugiere que esos individuos se dieron un festín con las vísceras y los órganos internos del ganado, crudos o mal cocidos, y alimentaron a sus mascotas con las sobras.
Comentarios
mmmm, me está entrando hambre...
No había caído que al sentarnos en la taza estábamos haciendo historia.