Envío erróneo o controvertido, por favor lee los comentarios.
La versión judicial del “quien pueda hacer que haga” de Aznar manda un mensaje inequívoco: están dispuestos a cualquier cosa para tapar sus delitos y para asaltar Moncloa. Sin límites ni escrúpulos, a plena luz del día, el Tribunal Supremo ha consumado la infamia. Con una mayoría conservadora y controlado por el PP -Marchena mediante- por la “puerta de atrás”, no ha necesitado ninguna prueba para decretar una condena que venía atada y bien atada de casa.