Sacó del armario su viejo vestido de novia, envuelto en varias capaz de papel de periódico, para evitar que lo devorasen el polvo, la polilla y los bostezos. Se desnudó ante el espejo y se lo intentó poner de nuevo. Y entonces descubrió que para lo único que podía servirle ya su vestido de novia era para ahorcarse.
-Algo es algo-pensó.