Supongamos que en unos años llegamos a un régimen machista, opresor y totalitario. Supongamos que el amado líder, el que nos toque, decide que hay que aumentar la natalidad por razones patrióticas, para que no nos diluyan demográficamente los inmigrantes. Por ejemplo. Cualquier pretexto vale. Supongamos que, a la fuerza, se recluye a un millón de mujeres mayores de treinta años, y menores de cuarenta y cinco, sin hijos, para obligarlas a cumplir con la patria. Y supongamos que en esos campos de internamiento se las embaraza a la …