Un día viniste pero no apareciste.
El día que apareciste ni siquiera viniste.
Y cuando por fin viniste y apareciste,
simplemente no estabas.
(El texto es de 2004, creo que ya no soy la misma persona de ese año... curioso.)
Un día viniste pero no apareciste.
El día que apareciste ni siquiera viniste.
Y cuando por fin viniste y apareciste,
simplemente no estabas.
(El texto es de 2004, creo que ya no soy la misma persona de ese año... curioso.)
Comentarios
Propongo usarlo como epitafio...
#1 Jajajaja... muy buena esa visión, muy buena... En realidad era una queja de enamorado... ya ves... "juventud, absurdo tesoro".
#2 El texto es cojonudo. Lo he archivado en un directorio que se llama "recursos".
Si lo lees en una novela, pues te cagas en mis muertos...
#4 Si lo usas me parecerá estupendo... aunque dudo que sea útil en casi cualquier contexto, es demasiado... juego verbal para encajarlo con facilidad y que no cante. Pero, oye... al publicarlo aquí es del que quiera usarlo.
¡Un fantasma! ¿Lo he adivinado?
#3 Jajajaja... podría ser... pero... en origen... era otra cosa. Cosas de jóvenes.