Entró en la casa cuando el sol se ponía por el horizonte. La pesadilla había acabado, o comenzaba en ese preciso instante. No sabía qué era peor, todo lo que había pasado, o lo que quedaba por venir. Se sentó en la silla, con la cabeza entre las manos, pensativo, agotado. Había sido un día muy duro, el último día de unos meses de incertidumbre.
Comentarios
"...la muerte no le necesitaba", ¡grande!
El último hobre sobre la faz de la tierra sera aragonés y ya han hecho un cortometraje sobre el.