Enésimo artículo de la larga serie histórica sobre el rentismo en España y sus consecuencias sobre la estructura económica. Desde el siglo XIX, el rentismo es el mayor freno a la inversión productiva y al ahorro, manteniendo inalterables las transferencias de renta desde la clase trabajadora. Sólo en el momento más álgidos del desarrollismo los grandes bancos apostaron por la inversión industrial, hasta que volvieron masivamente a los créditos hipotecarios y de consumo a mediados de los 80. Cuando la productividad se estanca, el extractivismo aumenta y, en una economía globalizada como la actual, no sólo eso sino que se impone a cualquier otra lógica de mercado.
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La explicación de lo de una sola nómina puede ser inicialmente contraintuitiva. La incorporación de la mujer al mundo laboral supuso un incremento de ingresos a nivel familiar a corto plazo pero no lo supuso a medio y largo plazo.
La razón de ello es que el sueldo que se cobra no es en relación a lo trabajado ni a lo producido, es la consecuencia de una negociación constante entre trabajadores y empleadores.
En cuanto se normaliza que trabajen ambas partes de la pareja la negociación de sueldos se ve significativamente afectada por ello. Antiguamente el hombre tenía que negociar con su empleador, o cambiar de empleo, un sueldo que le permitiera mantener a su familia, eso no era negociable, si no podía poner un plato en la mesa o le subían el sueldo inmediatamente o se iba a otro trabajo. Luego se podía intentar negociar un sueldo mayor a eso pero eso ya era opcional, la presión de la negociación estaba generalmente en la supervivencia.
Hoy en día el hombre tiene que negociar con su empleador, o cambiar de empleo, un sueldo que junto al de su mujer le permita mantener su familia, eso no es negociable, si no puede poner un plato en la mesa o le suben el sueldo inmediatamente o se va a otro trabajo. Luego se puede intentar negociar un sueldo mayor a eso pero eso ya es opcional, la presión de la negociación está generalmente en la supervivencia.
Y si para mejorar la economía de las familias aprobásemos que los niños a partir de 8 años pueden incorporarse al mundo laboral eso supondría un incremento de ingresos familiares temporales pero ese efecto desaparecería a medio y largo plazo, dado que la negociación de sueldos incorporaría ese factor en el cálculo del mínimo imprescindible para mantener la familia.
La incorporación de la mujer al mundo laboral tiene otros efectos más allá de aumentar los ingresos familiares a corto plazo, supone una distribución de la dependencia económica con la pareja (antes el hombre podía ser independiente sin la mujer, ahora ambos se ven impactados a nivel económico si se rompe la relación). Así como aumentar el círculo social con las protecciones que eso pueda suponer, entre otros.