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La bebé de tan solo 17 meses de edad había ingresado de urgencia con la faringe untada de excremento de vaca porque su madre, María Eugenia Tique, la metió en el vientre del animal, aplicando los consejos de un tegua de zona rural del municipio que aseguraba que la infante estaba yelada.
Al ser sometida a esta ignorante terapia, la infante bronco aspiró al tragar popo de la vaca, por lo que fue llevada de urgencia al hospital San Rafael de la localidad pero al ingresar no presentaba signos vitales.
Siento que la noticia es de prensa sensacionalista, pero al mismo tiempo me parece que este tipo de situaciones se conozcan. ¡Qué rabia!.