La vida da muchas vueltas, muchas, y todos podemos ser Antonio, o una de esas personas sin código postal, en algún momento de nuestras vidas.
Cada cual que medite sobre esto, saque sus conclusiones y actúe en consecuencia, dentro de sus posibilidades y un poco más allá si es posible.
La pasividad social siempre pasa factura.
Siempre.
Vendedores de humo en farmacias (más caro) y en supermercados (al alcance de más clientes) hoy en día todo son complementos alimenticios muy publicitados (no solo de isoflavonas) y con más que dudosas propiedades reales.
Negocio redondo.
Si no reportan beneficios para la salud esperemos al menos que no la perjudiquen a largo plazo. Todo está muy poco constatado.