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Pourquoipas

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España necesitará 24 millones de inmigrantes para mantener la relación entre trabajadores y pensionistas [56]

  1. Es un artículo de abril de 2024

La izquierda posmoderna y la desconexión con los trabajadores [475]

  1. (ChatGPT-4 turbo) El artículo de Oriol Sabata, publicado en TOPOEXPRESS, expone un diagnóstico político que, aunque coherente dentro de una determinada corriente crítica, adolece de limitaciones analíticas, simplificaciones históricas y ciertas omisiones teóricas que conviene señalar para valorar su rigurosidad académica.

    ### **Fortalezas del análisis**

    1. **Diagnóstico compartido por sectores marxistas clásicos**: La crítica a la supuesta “desmaterialización” de la izquierda es un argumento recurrente en sectores marxistas ortodoxos y en autores como **Nancy Fraser**, **Chantal Mouffe** (en su etapa más crítica del postmarxismo) o *Zizek*. Coinciden en advertir que las luchas identitarias pueden eclipsar la centralidad de la lucha de clases si no se integran adecuadamente en una estrategia de transformación estructural.

    2. **Referencia a Clouscard**: El uso de Michel Clouscard es pertinente, pues fue uno de los primeros en denunciar cómo ciertos discursos de liberación individual (especialmente en el 68 francés) terminaron siendo funcionales al desarrollo del capitalismo neoliberal.

    3. **Señalamiento de un fenómeno real**: Existe una desconexión creciente entre parte del electorado tradicionalmente obrero y los partidos de izquierda en muchas democracias occidentales. Casos como el **voto obrero al Frente Nacional en Francia**, el **Brexit en el Reino Unido**, o el ascenso de Vox en zonas obreras de España, muestran esta deriva.

    ---

    ### **Debilidades y problemas del artículo**

    1. **Reduccionismo teórico e histórico**:

    * El artículo traza una línea causal directa entre la Escuela de Frankfurt, Mayo del 68, el posmodernismo y la pérdida de la agenda materialista, ignorando tanto los matices de estos movimientos como las condiciones estructurales más amplias (desindustrialización, terciarización, financiarización, crisis sindical).
    * Ignora también que muchos de los pensadores posmodernos (como Foucault, Derrida o…   » ver todo el comentario

J.K. Rowling celebra el fallo que define legalmente a la mujer por su sexo biológico: "Me encanta cuando un plan funciona" [13]

  1. ¿Se considera el término "terfa" una expresión despectiva?
    El término "terfa" es la adaptación al español del acrónimo inglés TERF (Trans-Exclusionary Radical Feminist), que significa "feminista radical transexcluyente"[3][8][19]. Su uso y connotación han sido objeto de debate tanto en el ámbito académico como en el activismo y los medios.

    Uso y significado actual

    Originalmente, TERF surgió como un término descriptivo para referirse a feministas radicales que excluyen a las mujeres trans de sus reivindicaciones y espacios[3][5][8].
    En español, "terfa" se utiliza con el mismo sentido, pero ha adquirido una fuerte carga negativa y se emplea habitualmente en tono despectivo o insultante[7][10][12][13].
    Reconocimiento institucional y percepción social

    La Real Academia Española (RAE) ha definido explícitamente "terfa(s)" como una expresión despectiva en una comunicación pública[7][13].
    Diversos testimonios y análisis periodísticos y académicos coinciden en que "terfa" se utiliza frecuentemente como insulto, descalificación o para marcar y aislar a personas con posturas consideradas transexcluyentes dentro del feminismo[6][10][12][17][18].
    El uso del término suele ir acompañado de retórica violenta o campañas de acoso, especialmente en redes sociales, lo que refuerza su carácter peyorativo[3][10][18].
    Debate sobre su carácter despectivo

    Algunas personas argumentan que "terfa" es simplemente un término descriptivo, mientras que otras —incluidas muchas de las personas a quienes se dirige— lo consideran un insulto o incluso un discurso de odio[3][10][17].
    En el plano académico, no existe un consenso absoluto, pero la tendencia mayoritaria es reconocer que, en la práctica, se utiliza de forma despectiva y estigmatizante[3][7][9][10].
    El contexto de uso es clave: aunque puede emplearse de manera neutral, en la mayoría de los casos actuales su función es descalificadora[7][10][12].
    Resumen
    Sí, el término…   » ver todo el comentario

En 2025, habrá 35.418 alquileres menos, aunque el descenso será más lento que el año anterior [8]

  1. #5 Sobre la entradilla:

    Se pretende ofrecer un análisis territorial, pero lo que realmente aparece es una especie de mosaico de disminuciones sin alma. Se acumulan provincias y cifras negativas como si estuviéramos leyendo un parte meteorológico sin clima. El efecto es más numérico que humano: no se nos habla de las personas que dejarán de tener opciones, de las razones de la pérdida, ni de los mecanismos estructurales. Solo hay descensos, previsiones y un par de excepciones positivas (Málaga, Salamanca) que suenan más a paréntesis que a tendencia.

    El resultado es una entradilla que informa sin conmover y que podría repetirse cada año con ligeras variaciones en cifras y provincias, como un calendario cíclico de la carencia. Es, si se quiere, el equivalente noticioso del eterno retorno de lo mismo en versión inmobiliaria.

    Y luego llega el lector:

    "Los datos correctos, además del sentido de la vida, el universo, y todo lo demás, es 42."

    ¡Y ahí está el destello de lucidez irónica! Esta cita, tomada claro de The Hitchhiker’s Guide to the Galaxy de Douglas Adams, funciona como un acto de rebelión cómica ante la solemnidad vacía del dato. Es la voz del lector filosófico, que percibe en la acumulación de cifras una forma de simulacro, y que responde no con otra estadística, sino con el número que encarna la sinrazón última del universo.

    Su comentario no es solo un chiste: es un juicio estético y existencial sobre la noticia. Frente a las 12.099 viviendas menos en Barcelona, él nos recuerda que quizás todo esto —como la vida misma— es una búsqueda de sentido donde los números son apenas una forma de distracción.

Quienes compraron hace 5 años han visto reducida su tasa de esfuerzo y quienes alquilaron la han visto crecer [16]

  1. «Quienes compraron hace 5 años han visto reducida su tasa de esfuerzo y quienes alquilaron la han visto crecer»

    Este enunciado tiene la estructura rítmica de un aforismo binario, como los que hallamos en Las Moradas de Teresa o en los Ensayos de Montaigne: dos sujetos paralelos, dos trayectorias opuestas, una consecuencia clara. Hay aquí un pathos contenido, como si la voz que lo emite estuviera ya resignada, sabedora de que el juego económico se inclinó para un lado con serenidad matemática.

    La tasa de esfuerzo —expresión tecnocrática que sin embargo guarda un eco trágico— se convierte aquí en medida del destino. Es el equivalente moderno del “sufrimiento humano” cuantificado en Excel: ¿cuánto de tu vida, de tu energía, de tus días entregas para poder tener un techo?

    El contraste es claro: “quienes compraron” (verbo pasado, acción decidida, fruto ahora maduro) vs. “quienes alquilaron” (verbo también pasado, pero con otra carga: dependencia, continuidad, vulnerabilidad). Es como si el primer grupo habitara en un templo estoico, y el segundo vagara por las calles de un drama dickensiano (de mi Chatgpt)

Nació de la mano de Mercedes y ahora quiere acabar con ella: Denza desembarca en Europa con un coche familiar de más de 1.000 CV, cuatro motores, seis pantallas y dos neveras [15]

  1. De mi Chatgpt: ¡Qué joya de titular! Aquí nos encontramos ante una auténtica tragedia de la técnica en clave automovilística. Tiene todos los ingredientes de una narración clásica: origen, conflicto, rebelión y despliegue de poder. Es un titular largo, sí, pero no desmesurado: está compuesto como una minúscula epopeya industrial, y no carece de una dosis de ironía bien medida. Lo diseccionamos:

    «Nació de la mano de Mercedes y ahora quiere acabar con ella»

    Este primer segmento es puro drama genealógico, casi mitológico. Remite al tópico del hijo que desafía al padre, o del aprendiz que quiere superar al maestro. Hay resonancias de Prometeo, de Edipo, de Frankenstein. Nació de la mano de Mercedes —imagen casi religiosa o pictórica, como la creación de Adán por la mano de Dios— y ahora desea acabar con ella, en un giro trágico y competitivo.

    Es la historia de la rebelión, el clásico momento en que la criatura se emancipa. También evoca el capitalismo como drama: las marcas, como familias, viven luchas dinásticas en los salones de los motores.

    «Denza desembarca en Europa con un coche familiar de más de 1.000 CV, cuatro motores, seis pantallas y dos neveras»

    Este remate, en cambio, es más bien inventario heroico al estilo de los catálogos homéricos: no navíos ni escudos, sino cifras, pantallas y frigoríficos. El coche familiar ya no es un modesto utilitario, sino un tótem tecnológico casi monstruoso. La secuencia de especificaciones es creciente en lo absurdo funcional:

    Más de 1.000 CV: el poder bruto.
    Cuatro motores: redundancia técnica, como si fuera un carro de guerra de los dioses.
    Seis pantallas: omnipresencia visual.
    Dos neveras: decadencia hedonista.
    Todo esto nos pinta no un vehículo, sino un arca de Noé futurista, preparado para una travesía de confort total, como si la vida misma hubiera de vivirse en ese habitáculo tecnológico. Aquí la familia no es núcleo afectivo, sino tripulación de nave espacial.

    Este titular es casi una micronovela de ciencia ficción empresarial, y, en su extensión, se permite jugar con giros narrativos que un titular más breve no podría abarcar.
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