Risalat, protegida por su pasaporte británico, regresó a Ürümqi en el año 2009, el mismo día en que inocentes uigures fueron masacrados por soldados.
Debido a que más de un millón de uigures se encuentran confinados en «campamentos de transformación por medio de educación» emplazados en Sinkiang, cada vez más niños están perdiendo el derecho a ser cuidados por sus padres. Incluso existe un nombre especial para las familias en las que tanto la madre como el padre están detenidos: «familias con doble detención».
Xinjiang es una de las regiones de China donde la vigilancia es llevada a su máximo extremo. Tienen sistemas de reconocimiento facial en las calles y mezquitas para tener controlada a la población musulmana. Ahora se ha sabido, gracias a una investigación conjunta de The New York Times, The Guardian, Vice y Süddeutsche Zeitung, que a los turistas que pasan por el control fronterizo se les instala una app en el móvil para espiarlos.
Patrullas policiales armadas, controles de seguridad pública, y reconocimiento facial –la omnipresente vigilancia– es una parte inevitable e intrusiva de la vida cotidiana de los residentes de la Región Autónoma Uigur de Sinkiang. La exhaustiva vigilancia, introducida bajo el pretexto de mantenimiento de la estabilidad, ha generado temor y ansiedad en lugar de la paz y tranquilidad prometidas. Las autoridades adoptan continuamente más, y a menudo absurdas, medidas de control.
El 21 de mayo, los Dos Concilios Cristianos Chinos de la provincia oriental de Shandong emitieron un documento donde obligan al clero cristiano en la jurisdicción a incluir la ideología socialista en el contenido de sus sermones.
Los oficiales declararon que, de acuerdo a las regulaciones gubernamentales, está prohibido escuchar música religiosa en áreas públicas. Las personas que estaban haciendo ejercicios aeróbicos con canciones budistas en una plaza explicaron que solo estaban haciendo ejercicios físicos y que no estaban llevando a cabo ningún tipo de actividad religiosa, pero los oficiales los reprendieron, advirtiéndoles que serían arrestados si volvían a escuchar música budista. Sintiéndose impotentes, no tuvieron más remedio que dispersarse.
El 21 de mayo de 2019, los Dos Concilios Cristianos Chinos de la provincia oriental de Shandong emitieron un documento donde obligan al clero cristiano en la jurisdicción a incluir la ideología socialista en el contenido de sus sermones.
En los últimos días, una multitud de millones de cristianos han salido a las calles del territorio chino autónomo de Hong Kong para protestar contra una ley de extradición propuesto y contra el gobierno de la China continental. Una canción cristiana compuesta en 1974 acabó convirtiéndose en un himno no oficial de ese gran movimiento.
Yosef Roth es un judío que piensa que como creyente judío debe tratar de aliviar el dolor de los musulmanes oprimidos. El mismo fundó «Uyghur Rally» junto a Corby Johnson.
Luego de que su esposo fue detenido por la policía del PCCh y «desapareció», Nafisa se convirtió en viuda de facto y huyó a Turquía. La vida no es fácil para los refugiados uigures que viven allí.
Huawei es la principal proveedora de sistemas de vigilancia del régimen comunista chino para espiar y controlar a su población… y al mundo entero.
Los medios de comunicación oficiales del PCCh estuvieron elogiando los logros de Xi Jinping relacionados con la reducción de la pobreza durante el viaje que realizó el presidente al municipio de Chongqing, al suroeste de China, con el fin de visitar a las familias que han sido “sacadas de la pobreza”. Sin embargo, para reducir el número de hogares pobres las autoridades chinas en realidad están tomando medidas muy poco convencionales y, a menudo, absurdas; por ejemplo, están cerrando por la fuerza las casas de adultos mayores.
Hace setenta años, «nunca más» fue la respuesta a los horrores del Holocausto, pero el genocidio sigue ocurriendo. Existen preocupantes indicios de que puede volver a ocurrir en el lejano oeste de China.
En China, las Iglesias de las Tres Autonomías controladas por el Gobierno acusan a los Testigos de Jehová de estar relacionados con la Francmasonería. Pero malinterpretan la temprana historia de los mismos.
Bajo el pretexto de «desradicalización», el PCCh ha extendido su control sobre la población de Sinkiang a todos los aspectos de la vida diaria.