El típico truco de poner algo por si cuela y a quien se queje se le devuelve.
Y mientras tanto con el dinero que se han llevado se pueden comprar unos ganchos de oro.
No tiene excusa porque cualquier restaurante podría hacer lo mismo con cubiertos, servilletas, vasos etc.
Y mientras tanto con el dinero que se han llevado se pueden comprar unos ganchos de oro.
No tiene excusa porque cualquier restaurante podría hacer lo mismo con cubiertos, servilletas, vasos etc.
Según las primeras informaciones a las que ha tenido acceso Metrópoli, dos jóvenes de origen marroquíVotos negativos a mi!