Lo último que me apetece en vacaciones es agobiarme más que cuando no tengo. Si para evitarlo tengo que pasarlas donde resido habitualmente cuando todo el mundo se ha pirado a las chimbambas a 'disfrutar', firmo ahora mismo con la sangre de mis hijos.
Europa está condenada a ser (aún más) la putita usana durante los próximos 50 años, como mínimo. Pero parece que ya está bien así, porque nadie mueve un dedo por evitarlo.
Cambiar Airbus por Boeing, con la que está cayendo, es como cambiar un buen filete de ternera gallega por una hamburguesa del McDonald's.
Siempre he tenido un aprecio especial por Vueling (por tarifas, rutas y ser de mi ciudad), pero mientras se tomen tan a la ligera la seguridad de sus pasajeros no me volverán a ver en uno de sus aviones.
#1 Tuve la desgracia de cruzarme con ese vídeo en Twitter (paso de llamarla X) y aún me hierve la sangre de pensar en la pobre mujer, en su familia y en que tipo de hamburguesa para perros convertiría a ese sádico si hiciese eso con mi hija.
Sólo espero la justicia se cebe con él y reciba en prisión el triple de lo que le dió a la víctima.... y que salga sin manos, puestos a pedir.
Poco conoce zanahorio a los brasileños, y menos aún con el resto de los BRICS dando palmas con las orejas por ver su último berrinche con la economía más fuerte de Sudamérica y lo que eso puede representar para ellos, en términos de acuerdos infinitos de todo tipo.
Lo lleva claro si piensa que van a someterse como sus arruinados vecinos argentos, capitaneados por el pelucas oligofrénico lamebotas de los yankis.
Una cosa es un cuerpo delgado y/o fibroso (que no flaco), que demuestra preocupación por la salud y suele ser agradable a la vista; otra muy diferente es una de esas montañas de carne ultraprocesada embutidas en ropa 2 tallas menor para que la gente lo flipe (cuando lo que consiguen es el efecto contrario en cualquiera con un mínimo de sentido estético).
Que el Big Jim fascista este siga siendo noticia en 2025 debería darle vergüenza hasta el último mono. Cárdenas fue, es y será siempre un imprensentable, un arrogante insoportable y un fascista despreciable.
Lo último que me apetece en vacaciones es agobiarme más que cuando no tengo. Si para evitarlo tengo que pasarlas donde resido habitualmente cuando todo el mundo se ha pirado a las chimbambas a 'disfrutar', firmo ahora mismo con la sangre de mis hijos.