Recordad que a María Jauregi, por meterse con las declaraciones de Ayuso, un mónto de fachorros la insultaron por twitter, soltando la falacia de " Si ETA hubiera matado a un familiar tuyo, no hablarías así".
Yo tenía que aguantar a los de urgencias tratándome de loco, diciéndome que era ansiedad. Pues oye, desde que bajé la dosis bien sigo sin estar pero ya no tengo esos ataques que me daban. Hijos de puta.
Y tenía que escuchar frases como " esto es urgencias, no endocrinología" o "lo tuyo es de la cabeza".
Hospital Donostia. Pero tampoco todo es tan malo, porque me han tocado médicos buenos también.
A mí me dio lo que parecía una taquicardia por eutirox en mayo y llame a urgencias. La médico me dijo "vas a tener que buscarte como venir porque no hay ambulancias. La de tu localidad acaba de ir a un accidente",
Al final me tuvo que llevar mi hermana. Y en junio tuve que ir otra vez y al lado mío vino una pareja en silla de ruedas y el marido decía que le habían dicho lo mismo: no hay ambulancias así que búscate la vida. La tuvo que traer él.
#81 Entiendo lo que dices, pero en mi caso personal sigo conociendo casos de liberales que siguen con su monserga individualista y a su vez, viven del estado.
Uno de sustituto en correos ( y ha querido meterse a agente de policía). Otro de profesor y otro cuya riqueza familiar proviene de la política.
#68 No discuto. Me parece irónico que un individualista tenga que ser socorrido por otros, cuando él mismo sigue manteniendo su ideología individualista. Es como si estuvieras rajando de los bomberos, mientras se quema tu casa y te rescatan.
Porque segùn su ideología el tendría que joderse y aguantarse, porque es lo que promueve.
#54 Yo no he dicho que no haya que tenerla. Lo que me parece es irónico tenerla por un individualista que tiraría a cualquiera del barco para salvarse él. Mis disculpas si no me he explicado bien.
Basicamente como ejemplo para todos los que sueltan la monserga liberal, que no deja de ser egoismo individualista.
#53 Se lanzó un podcast titulado The Turning: The Sisters Who Left, que sacaba a la luz más detalles truculentos de la vida dentro de los muros cerrados de la Caridad. Desde monjas a las que se instruía para que se azotaran y usaran cadenas de alambre con púas a ceremonias escandalosas y rituales secretos, incluyendo rapar a nuevos reclutas y quemar su cabello mientras entonaban cánticos, prohibir a la hermanas tener amistades o permitirse "lujos" como limpiarse y ducharse. Pero todo esto ocurría tras los muros, mientras en la década de los 80, su perfil estaba en lo más alto.