#10 No sé en qué habéis quedado ni con quien, pero sí, por definición, los aranceles son impuestos indirectos que pagan los compradores dentro del área donde se imponen. Esto es en todos los casos, tanto los aplicados por EEUU como los que se proponen en el artículo.
En sí mismos, los aranceles no son buenos ni malos: son una herramienta que puede usarse para varios objetivos, y dependiendo de las circunstancias, pueden resultar más o menos exitosos.
En el caso de Trump, su objetivo es por una parte proteccionista: busca con los aranceles que los bienes que las empresas y ciudadanos de EEUU importan desde el exterior, se produzcan en el propio tejido industrial estadounidense. Los críticos a esta medida alegan entre otras cosas que, si esto se hace de golpe con un tejido industrial subdesarrollado, se corre el riesgo de arruinar a las propias empresas y ciudadanos locales, quienes no tienen otra opción que importar y ahora tienen que hacerlo a precios insostenibles.
En sí mismos, los aranceles no son buenos ni malos: son una herramienta que puede usarse para varios objetivos, y dependiendo de las circunstancias, pueden resultar más o menos exitosos.
En el caso de Trump, su objetivo es por una parte proteccionista: busca con los aranceles que los bienes que las empresas y ciudadanos de EEUU importan desde el exterior, se produzcan en el propio tejido industrial estadounidense. Los críticos a esta medida alegan entre otras cosas que, si esto se hace de golpe con un tejido industrial subdesarrollado, se corre el riesgo de arruinar a las propias empresas y ciudadanos locales, quienes no tienen otra opción que importar y ahora tienen que hacerlo a precios insostenibles.
También usa los… » ver todo el comentario