Trabajé de camarero de joven, 10 horas seguidas los 7 dias de la semana, en temporada de verano. Me fastidiaba mucho que me pidieran "un descafeinado" sin especificar nada mas obligándome a hacer 3 o 4 preguntas hasta acertar como le gustaba el café al señor/a de turno. Acabé tan quemado que a mas de uno les llegué a contestar fatal. Como había mucho cliente habitual, era curioso como de repente unos pasaban a pedir correctamente "un café con leche descafeinado" mie tras otros cambiaban de zona para que les atendiera otro compañero. Por suerte para mi, cambié de profesión y para desgracia de los que me rodean, sigo con la misma mala leche.