Es curioso como cuando un candidato radical de izquierdas empieza a ganar apoyo por el discurso populista muchos tratan de explicar las condiciones que llevaron a que consiguiera tanto apoyo, ya sean sociales, económicas o políticas. Pero cuando el que lo consigue es un candidato radical de derechas como Trump la mayoría solo se dedica a tachar de ignorantes racistas a quien lo apoyan sin detenerse a pensar en qué fue lo que los llevó a creer en sus palabras.
Eso parece haberle pasado también al Partido Republicano y a sus rivales. Apostaron que la fascinación por Trump sería una novedad pasajera y nunca se preocuparon por presentar una alternativa real a él, ahora parece muy tarde. Veremos si desde el Partido Demócrata y la cúpula de Clinton no cometen el mismo error.
#33 Tampoco hay que ser ingenuos. Los superdelegados votarán al final por quien tenga el apoyo popular. Así ha sido siempre, y así seguirá siendo.