#114 Gracias por el consejo pero me la suda a dos manos. Bastante tiempo pierdo en Internet. Me hacen un favor. Solo entro para saber como piensa el sectario woke promedio. Si se puede llamar pensar a ese batiburrillo insensato.
#11 Por qué esta basura de panfleto dirigido por censores me permite comentar y no votar, si debo ser el único por aquí que nunca pone negativos a nadie ni ignoro siquiera al más partidario de Sumar? Nunca entenderé como funciona esto y llevo aquí desde el principio.
Aviso a los propietarios que ven como sigue sin entrar nadie en este panfleto: quitad los negativos y empezaréis a ganar algo de dinero para poder pagar el piso patera.
#3 La sagrada familia es una obra maestra. Lo que están haciendo con ella desde la muerte de Gaudí es un horror, como toda la modernidad. Especialmente las esculturas de Subirachs, las cuales deberían ser derribadas por un comando de ciudadanos con buen gusto, si es que queda alguno.
Friederike Otto, climatóloga que se promociona como propagandista de la religión climática. Los climatólogos que la refutan, que son la mayoría, jamás tendrán voz en este panfleto sesgado lleno de fanáticos.
#6 O se defiende el derecho de quitarles el pito y, si sus padres se oponen o le intentan convencer de que no lo haga, es delito y les quitan la custodia. Al sistema se llama tiranía sanchista de la secta woke. Me pasé toda mí juventud peleando con la educación religiosa y fui un comecuras, pero los delirios de la secta de las ministras de hoy y su religión de estado me parece una distopía cien veces peor.
#10 La hacienda de Montero es mucho mejor que la de Montoro. Por lo menos esta hace ricos a unos cuantos que no tenían donde caerse muertos antes de entrar en la mafia socialista. Osea, crea riqueza donde no la había.
#6 Qué alegriá me da comprobar que la secta woke no es capaz de acabar con el sentido común de los españoles. A ver si nos vamos librando de esta gentuza de una vez.
#4 Es cosa de la propaganda. Tampoco ningún científico estudioso del comportamiento sexual, como Kinsey, había oído hablar del género hace 25 años y ahora todo el mundo da por hecho que existen más de cincuenta y que te puedes inventar uno para ti solo y los demás nos lo tenemos que comer.