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Sus comentarios se viralizaron de inmediato, y muchos cuestionaron si la repentina preocupación de Trump por la mortalidad era señal de algo más grave. La especulación se intensificó en línea, sobre todo porque Trump había sido fotografiado anteriormente con los tobillos hinchados y moretones en la mano, a menudo disimulados con maquillaje. En julio, la Casa Blanca confirmó que le habían diagnosticado insuficiencia venosa crónica, una afección venosa común, pero generalmente benigna, en adultos mayores que causa hinchazón en las piernas. Si bien su médico, el capitán Sean Barbabella, ha afirmado repetidamente que Trump se mantiene en "excelente salud cognitiva y física", sus comentarios sobre la muerte y el más allá han alimentado las teorías de que es consciente en privado de un deterioro.

El debate sobre la salud subraya el escrutinio político y personal que rodea al presidente de mayor edad de Estados Unidos. Mientras Trump continúa su segundo mandato, cada comentario y apariencia se analiza minuciosamente en busca de signos de fragilidad. Si bien sus médicos insisten en que la condición no representa una amenaza y forma parte del proceso natural de envejecimiento, sus recientes palabras han suscitado dudas sobre si el propio presidente percibe que el tiempo se agota.