#13 ojalá le toque estar un mes de informador turístico con la fauna que llega al Cantábrico y su "turismo cultural". O de operador del 112 atendiendo esguinces en alta montaña día sí día también por gente infrapreparada. O poniéndoles copas cuando acaban su "paseo por el monte". O disfrutando de cómo desaparece todo terruño y caserío productivo para convertirse en 2a vivienda de repunante al que todo le molesta de la vida campestre.
Vamos al modelo malagueño, no se haga pajas mentales: ningún estudio de capacidad de absorción de impacto tolera las cifras que tenemos en Parques Nacionales y Naturales, ni viviendas turísticas ni 2as residencias ni ostias en vinagre, y aún así, seguimos yendo a FITUR a prostituirnos por más ruina y servicios sólo para el turista. Desde pandemia la saturación es insufrible para lugareños e incluso turistas habituales que se quejan de las "hordas" y colas.
#12 Muy bien, pero no estamos en la España de los 60, cateta y rancia. Ahora la España del norte montañés le ha pasdo por la cara el modernismo al sur, que huele a tumbona, cerveza barata y guiri borracho.
El turista en Picos de Europa es un turista culto, sosesgado y va a tomar algo descansado tras patear el monte. El sur está lleno de los equivalentes a canis en Reino Unido.
Y al contrario que sur y levante, no metemos todos los huevos en la misma cesta.