#2 El estado judío es una institución transnacional, con millones de patriotas que confunden nación y religion, capaces de gastarse no sólo si dinero sino también el tuyo, el cual controlan a través de bancos y fondos de inversión, para que la idea prevalezca.
Pero nunca darán su brazo a torcer ante cualquier intento de hacerles desviar de su curso, que es conseguir una nación en la que su religion sea la única.
Joder, yo creía que sería una frase como "Wingardum Leviosa", "Alakazam" o "Abracadabra" y resulta que el problema es que el precio de una entrada es superior a la mensualidad de una suscripción premium. ¡Qué decepción!
Al final la solución será incrementar siempre el precio de la suscripción para que a una familia le merezca la pena ir al cine por encima de quedarse en casa.
¿Pero bajar precios de las entradas? ¡Eso jamás!
#11 Un precio desorbitado para compensar la falta de afluencia de gente en las temporadas bajas acabó por dejarla sin clientes.
En Madrid pasará lo mismo.
#8 lo sé, se sabe, pero ni las empresas ni sus dirigentes sufren las "condenas de telediario" a las que están sometidas habitualmente los políticos. Sus nombres pasan muy de puntillas por los noticieros y la identidad de sus dirigentes y gestores no se llega a mencionar nunca.
Si la gente se diera cuenta de que estas personas juegan tanto en banda derecha como izquierda, tendrían una visión mucho más sincera de lo que es la política cortesana de este país.
Este panorama de corrupción en su parte política no podría darse con la convivencia de la parte empresarial. Hay unos políticos que aceptan sobornos y tendrán una condena, ya sea mediática o incluso penal, pero, ¿y la empresa que acepta pagar un soborno? Porque ahí siguen empresas del IBEX35 pagando su tanto porcentual correspondiente, so no es a uno, pues al otro.